Herramientas de usuario

Herramientas del sitio


enfermedades-psicologicas:resentimiento

¿Eres psicólogo y quieres complementar la información de esta página? Sigue estas instrucciones.

1. Concepto:

Resentimiento

2. Nombres alternos o sinónimos:

Rencor, animadversión, mortificación, contrariedad, odio, antipatía, enconamiento, enemistad, dolor, amargura, pesar.

3. Definición rigurosa:

Resentimiento: Acción o efecto de resentirse

Resentirse: Tener sentimiento, pesar o enojo por algo. El resentimiento es un sentimiento de hostilidad o aversión hacia la persona que ha causado un daño. Es algo que vive dentro del resentido y lo empuja a ser desagradable con los responsables de su desgracia. Es sentir una y otra vez -resentir- el enojo vivido en el pasado y que fue provocado por una persona o situación.

4. Subtipos

El tipo de sensación que causa puede ir de una ligera molestia temporal a un profundo malestar que puede dificultar o imposibilitar las relaciones con el ofensor.

a) Odio; Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.

b) El resentimiento propiamente dicho es una desazón, desabrimiento o queja que queda de un dicho o acción ofensiva que puede perdurar largo tiempo y reaparecer cuando se recuerda dicha ofensa.

c) El rencor es el resultado de un resentimiento enquistado y agravado.

d) Ira; Sentimiento de indignación que causa enojo. Apetito o deseo de venganza.

e) La venganza consiste primordialmente en el desquite contra una persona o grupo en respuesta a una mala acción percibida, en la venganza en general se persigue un objetivo más injurioso que reparador. Consiste en forzar a quien haya hecho algo malo en sufrir el mismo dolor que él infringió para que de tal forma se pueda asegurar de que esta persona o grupo no volverá a cometer dicho daño otra vez.

5. Criterios para la delimitación diagnóstica

No hay

6. Etiología

La causa primera del resentimiento es la interpretación, por parte del sujeto afectando, de que se cometió un acto injusto e injustificado en su contra, el cual, produjo un daño a su persona.

Lo anterior, puede producir un enojo continuado, de tal forma que al recordar a la persona o la situación motivo del enojo es posible suponer la activación de la corteza cingulada anterior (ACC) y de la corteza dorsolateral prefrontal (DLPFC), la primera encargada del control de las emociones y la segunda de la toma de decisiones racionales.

7. Ejemplo de un caso.

Mujer de 54 años que acude a terapia por un estado permanente de “depresión” el cual le impide realizar sus actividades cotidianas.

Refiere una historia en la que sufre el rechazo materno, una falta de interés en su progreso escolar por parte de sus padres, a pesar de ello, lograr terminar una carrera técnica, trabaja y se casa muy enamorada a los 19 años y procrean a tres hijos, vive un matrimonio normal hasta que descubre que su marido se alcoholiza y se involucra con mujeres de la “mala vida”, desde entonces la relación cambia, ella piensa muchas veces abandonarlo pero su madre se lo “impide”, argumentando que “todos los hombres lo hacen”, después de eso incluso se la el embarazo de la última de sus hijos, finalmente y sólo después de la muerte de su madre y de que descubre que tiene una relación estable con otra mujer se decide a correrlo de la casa, aunque él ya tenía ocasiones en que no llegaba a la casa. El ambiente familiar y especialmente entre la pareja ya era de continuos roces, reclamos y reproches.

Una vez que el marido deja la casa familiar, y luego de una serie de incumplimientos por parte de él, ella le pelea la pensión, él aún la trata como si fuera su esposa en algunas ocasiones, le avisa cuando va ir, le pide usar la máquina de costura, aun tiene la responsabilidad de algunos pagos de la casa. El sr. se enferma y se tiene que hacer de nuevo el trámite de la pensión. Aún quedan muchos asuntos que resolver en común como una propiedad en la que se pensaban ir a vivir en su retiro y que ahora se piensa vender y dividir el dinero de la venta.

En esta situación ella se encuentra con sobrepeso, le gusta comer mucho y especialmente los chocolates, los cuales come también en bastantes proporciones. Su humor permanente es de disgusto, no sale de su casa más que para lo indispensable, prefiere permanecer en su casa, muchas veces acostada o viendo la televisión. No tiene ánimo de realizar los quehaceres y sólo se preocupa porque haya comida para sus hijos (y para ella). Son constantes los desacuerdos y choques con su marido y con sus hijos.

El tratamiento actual ha consistido en el esclarecimiento de cómo el rompimiento del vínculo con su marido ha propiciado toda su situación actual; una y otra vez, surge ese suceso como desencadenante desde el comer mucho chocolate, mucha azúcar y muchas porciones de carne, hasta lo que ella llama su falta de “voluntad” que antes tenía y la usaba para salir adelante y ahora sólo se concentra en rumiar su desgracia. Ya ha intentando la búsqueda de un empleo o incluso el autoempleo, pero hasta ahora nada ha funcionado. En lo que se ha avanzado es en que ya no sufre del continuo sentimiento de depresión y a comenzado a disminuir, aunque muy lentamente la cantidad de alimento (dirigido por una nutrióloga y a recomendación de su doctor), otro importante avance ha sido que tiene una relación más armónica con sus hijos, especialmente con su hija menor con la que había tenido las peores relaciones. También ha aprendido a responder mas asertivamente a las demandas del marido, se considera que el paso siguiente es bajar de peso pues le ha afectando a su rodilla y eso le impide la movilidad de una manera ágil, por lo que sus opciones se limitan. En este punto, se ha vuelto a hacer patente que las dificultades en sus hábitos alimenticios y su falta de voluntad se encuentran relacionados, en el tiempo y en la situación con los actos de su marido que le siguen afectando y con las decisiones que tomó en su momento y que aún le afecta en relación con él y que en muchas ocasiones le resulta muy difícil reconocerlo.

8. Recomendaciones para el tratamiento.

Afortunadamente, el veneno tiene un antídoto: el perdón. Pero primero hay que aceptar al resentimiento y esto no es nada sencillo por varias razones. Primero porque con frecuencia se niegan las emociones negativas, sobre todo en los hombres. Es algo cultural. Segundo, la negación evita el sufrimiento que trae el recuerdo y la aceptación. Tercero, mucha gente piensa que el resentimiento es “algo malo”, que quien lo padece “está mal” y por eso cuesta tanto aceptarlo. Por último, es muy difícil admitir que algo que sucedió hace mucho tiempo continúa afectando a la persona, evidencia una incapacidad o vulnerabilidad no deseada.

Perdonar no implica reconciliarse con lo dañino y es la mejor cura para el alma lastimada. Para abordar la tarea hay técnicas que permiten lidiar con el resentimiento.

TÉCNICAS PARA VENCER EL RESENTIMIENTO

1. Dejar el pasado atrás, que es donde corresponde. Se trata de entender que no puede cambiarse y que todo pasa: lo bueno y lo malo también. “Lo pasado, pisado”, dice el refrán. Hoy es ahora, y ahora hay que desear un buen presente.
2. Perdonarse. En ocasiones el enojo es con uno mismo. Hay que aceptar que en determinados momentos se actúa acorde a lo que se es capaz de hacer, pensar y sentir, aunque se esté alejado del ideal.
3. Aceptar las injusticias de la vida. Hay cosas que no se pueden cambiar, aunque sean desagradables. Como hay sujetos que en virtud de su bienestar o satisfacción personal actúan injustamente con el resto.
4. Elevar la autoestima. Pensar que si se fue o se sintió incapaz de algo en el pasado, hoy se puede pensar y actuar de una manera distinta.
5. Mantenerse ocupado. A veces basta con poner manos a la acción en el momento en que surge un resentimiento. Es cuestión de ocupar la cabeza y no darle vuelta una y otra vez a lo ocurrido.
6. Reformular el pensamiento. A veces, la manera de ver las cosas aumenta las emociones negativas y distorsiona la percepción y evaluación de los hechos.

9. Bibliografías recomendadas:

Marina, J. A. y López, P. M. (2013) Diccionario de los sentimientos, Anagrama.

Sandoval, R. (2014) El perdón, Porrúa.

enfermedades-psicologicas/resentimiento.txt · Última modificación: 2022/11/16 21:50 (editor externo)