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Machismo

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Elaboró: Orly Hernández Hernández

Introducción

La división sexual del trabajo fue la base para la asignación cultural de roles para hombres y mujeres derivando en la hegemonía patriarcal que comenzó a hacerse visible en la Revolución Francesa a partir de la declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano que no contemplaba a las mujeres. En esa época las mujeres que intentaron visibilizar el hecho fueron reprimidas y asesinadas por ello, tal es el caso de Olympe de Gouges que redactó los Derechos de la mujer en 1791 y que fue condenada a la guillotina en 1793 por considerar que también era sujeto de derechos (Serret, Et. al., 2008).

Con el correr de los años, y con lentitud, las mujeres se hicieron presentes y ganaron algunos derechos, pero no fue hasta la década de los años 70’s del siglo XX que la antropología feminista propuso el término de género para estudiar y visibilizar las diferencias entre los roles y la subordinación de las mujeres en la cultura patriarcal, surgieron entonces términos como feminismo, machismo, equidad de género, perspectiva de género, entre otros, para iniciar un proceso de desnaturalización de las prescripciones y proscripciones asignadas por la cultura para los hombres y las mujeres y que se les atribuyen solo por sus diferencias anatómicas. (Serret, Et. al., 2008)

En este contexto conceptualizamos al machismo como un sistema cultural de creencias catalogado como una patología por lo siguiente:

Definición

Preponderancia del rol masculino a partir de la Diferenciación naturalizada de tareas entre hombres y mujeres, y en muchas sociedades, a la subordinación de las mujeres.

Características

Para referirse a tal negación del sujeto, existen distintas variantes que dependen del ámbito que se refiera, algunos son:

CLASIFICACIÓN

VIOLENCIA DE GÉNERO

SEXISMO

MISOGINIA

GINOFOBIA

FEMINICIDIO O FEMICIDIO

MACHISMO ENCUBIERTO

ETIOLOGIA

Se trata de una construcción social que se va introyectando en los sujetos a través del proceso de socialización, fijándose como parte de la identidad de género alrededor de los 4 a 5 años de edad y continuando su construcción a lo largo de la vida, se ramifica en:

  1. División sexista del trabajo, por el cual, se prefieren a otros hombres en puestos decisorios. Originalmente la división sexista se fundamentó en la diferente capacidad física y muscular, en la que los hombres tenían ventaja comparativa. En cambio, en la sociedad actual la fuerza física perdió importancia, mientras que las capacidades intelectivas y las habilidades sociales fueron ganándola, lo que ha contribuido a la incorporación de muchas mujeres al trabajo asalariado. También se refiere a un pago de salario menor a las mujeres que a los hombres a cambio del mismo trabajo.
  2. Educación machista en la familia, el proceso de enculturación trata de justificar y continuar el orden social existente en el que la identidad masculina se construye por exclusión de todo lo que parezca femenino y por negación principalmente de los sentimientos, actitudes y emociones que evoquen debilidad y ternura. Eso incluye que se consideren valores positivos la sumisión al marido, el matrimonio y la procreación como una forma preferente de autorrealización, porque al ser devaluada como compañera lo que le queda es ser madre; Santiago Ramírez en El mexicano, psicología de sus motivaciones, propone que esta sumisión tiene que ver con la visión de devaluación del español que añoraba lo que había en Europa y no encontró en el Nuevo Mundo, de modo que la mujer nativa le resultó inferior, fue vista como un objeto que servía para satisfacer necesidades sexuales y afectivas pero sin el valor social que le daba a la distante mujer española. En este contexto, el mestizo como resultado de una necesidad sexual, no recibe de su padre la identificación masculina, es reprimido con violencia si manifiesta hostilidad hacia el padre ausente, así, al ir creciendo manifesta esa carencia al presumir su masculinidad con actitudes machistas, “el machismo del mexicano no es en el fondo si no la inseguridad de la propia masculinidad; el barroquismo de la virilidad. Como básicamente las identificaciones que prevalecen son las femeninas, por ser las más constantes permanentes, rehuirá todo aquello que pueda hacer alusión a la escasa paternidad introyectada.” (Ramírez, 1977)

    Respecto a las escuelas hasta los movimientos de emancipación femenina del siglo XX las universidades y academias de ciencias no admitían mujeres. No fue hasta la segunda mitad del siglo XX que les fue permitido a las mujeres el uso de pantalones en lugares públicos.
  3. Discriminación en el ámbito religioso. Se ha señalado que la Biblia contiene expresiones consideradas machistas, e interpretadas como un indicio de posesión.
  4. Leyes discriminatorias hacia la mujer. Diferencia de tratamiento en el caso del adulterio: en algunas culturas, el adulterio, o el embarazo previo a la concertación del matrimonio son castigadas con la pena capital. Negación del derecho a voto o de otros derechos civiles.
  5. Los medios de comunicación y la publicidad sexista, al realizar ciertas conductas o modelos como siendo los más adecuados o típicos de las mujeres.
  6. Hasta la fecha no hay estudios neuropsicológicos, fisiológicos o biológicos que ubiquen el origen del machismo por eso se enfatiza en que es una construcción social, incluso aunque la testosterona aporta las características sexuales masculinas y tradicionalmente se le atribuye un aumento en la agresividad para ambos sexos no es la génesis de esta patología. (Edurne, 2017); (Villasante 2019); (Lievano-Parra 2017).

Niveles de machismo

Con base en el violentómetro del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y los niveles de enfermedad y salud psicológica de la teoría de la praxis:

Psicosis

Nivel 5. PSICOSIS MACHISTA EXTREMA. La persona está en completo estado de alucinación respecto a su masculinidad y puede asesinar a otras personas.

Nivel 4. PSICOSIS MACHISTA GRAVE. La persona está la mayor parte del tiempo con alucinaciones sobre su masculinidad y puede llegar a ejercer tanto abuso como mutilaciones.

Nivel 3. PSICOSIS MACHISTASEVERA. La persona puede presentar de un 40% a un 50% de alucinaciones y ejercer abuso sexual y/o violar.

Nivel 2. PSICOSIS MACHISTA MODERADA. Implicaría alucinaciones frecuentes, amenazar de muerte, y forzar a una relación sexual.

Nivel 1. PSICOSIS MACHISTA LEVE. Implicaría delirio intrasubjetivo que se manifieste con amenazas con objetos o armas.

Neurosis

Nivel 5. NEUROSIS MACHISTA EXTREMA. La violencia y conductas machistas impiden que las personas de su círculo primario no puedan trabajar o ir a la escuela y/o que la persona no trabaje o vaya a la escuela, implica encerrar y/o aislar.

Nivel 4. NEUROSIS MACHISTA GRAVE. La agresión y conductas machistas afectan a personas de su círculo primario, secundario y trabajo, como empujar, jalonear, cachetear, patear entre otras.

Nivel 3. NEUROSIS MACHISTA SEVERA. El machismo afecta al círculo primario y secundario; con conductas como celar, culpabilizar, descalificar, ridiculizar, ofender, humillar en público, intimidar, amenazar, controlar, prohibir (amistades, familiares, dinero, lugares, apariencia, actividades, celular, mails, y redes sociales), destruir artículos personales, manosear, caricias agresivas, golpear “jugando”, pellizcar, arañar.

Nivel 2. NEUROSIS MACHISTA MODERADA. Afecta al sujeto y a su círculo primario, con bromas hirientes, chantajes, mentiras, engaños, ignorar o hacer la ley del hielo.

Nivel 1. NEUROSIS MACHISTA LEVE. Es intrasubjetiva, no afecta demasiado a su círculo primario podemos hablar de micromachismo o machismo sutil como comentarios o bromas moderadas con ideas que se tienen sobre el rol del hombre y la mujer en la cultura patriarcal.

Ecuanimidad

Nivel 1. Buena relación esencial con familiares y amistades de confianza, avanzando en aspiraciones y proyectos personales creando una conciencia de género y equidad, realizando una modificación adecuada en la manera de ejercer la masculinidad.

Nivel 2. Iniciativa para proponer y participar en proyectos que beneficien al grupo laboral, escolar o vecinal, con actividades básicamente satisfactorias con conciencia de género,equidad, participar en la difusión de lo que es el machismo, como afecta a las personas y cómo empezar a visibilizarlo para iniciar una modificación de la cultura machista hacia la virilidad principalmente sin violencia.

Nivel 3. Iniciativa para proponer y participar en proyectos que benefician a la comunidad directa y actual, gremio o sector, con perspectiva de género, equidad y masculinidad adecuada, sin violencia.

Nivel 4. Iniciativa para proponer y participar en proyectos que benefician a una nación de manera transgeneracional, con actividades que sean satisfactorias, con perspectiva de género, equidad, masculinidad adecuada y sin violencia.

Nivel 5. Iniciativa para proponer y participar en proyectos que benefician a la humanidad, a la naturaleza y a la vida, con actividades que sean satisfactorias con perspectiva de género, equidad, masculinidad adecuada sin violencia.

CASO

Este caso fue tomado del libro de Marina Castañeda El machismo invisible regresa, es un correo electrónico que un hombre le envió después de leer su libro, mostrando como también afecta a los hombres:

“Soy un hombre soltero de 22 años, vivo con mi padre divorciado y mi hermana, y la experiencia que he vivido a partir del divorcio de mis papás me ha servido como referencia para sustentar la idea de que el machismo no depende del sexo ni de la genética. Al principio, cuando mi madre se fue de casa, yo adopté inconscientemente el rol que ejercía ella antes de irse y salvarse, es decir, el papel de mujer que se ejerce en una familia con estructuras machistas. He vivido, como en tu libro lo explicas, el machismo en todas las áreas: en la comunicación, en las emociones, en el hogar, etc. Me he dado cuenta de que viví, en dos años, el mismo proceso que mi madre vivió en 28 años de casada. Mi madre, al irse, rompió con la estructura familiar, y por la falta de alternativas y modelos que pudiéramos haber usado para replantear los esquemas familiares y ayudarnos a corregir los errores, caímos todos nuevamente en el esquema machista. Por ejemplo, mi padre, el proveedor, no modificó su rol, es decir, no se vio en la necesidad de cambiarlo. Pero en mi caso no sucedió así, ya que el papel que adopté fue el que mi madre dejó. Yo cubrí todo lo referente al ámbito doméstico y de esta forma volvió a darse el círculo en el que nos encontrábamos todos desde el principio, desde años atrás. Mi experiencia fue la misma que la de muchas mujeres descritas en tu libro, incluyendo a mi madre y a mi hermana, llevándome a un desgaste emocional y físico, tratando de entender porque, a pesar de todo mi esfuerzo para que todo estuviera bien en el hogar, no era suficiente, nunca esta cien por ciento bien a ojo de mi padre. Siempre había un error y nunca una satisfacción completa. Las mismas manifestaciones de poder y de control comenzaron a aparecer; el desgaste fue creciendo hasta llevarme a pensar que yo era un inútil, que no podía hacer nunca las cosas bien. Toda propuesta que yo tenía para que las cosas fueran sencillas y más eficientes nunca era escuchada, llevándome a una frustración cada vez mayor, exactamente igual que como sucedió con mi madre. Se establecieron, pues los roles del hombre y la mujer en el hogar, sólo que esta vez yo fui la mujer.”

Ante este caso podemos ver como el hijo asume el rol de “ama de casa” y cómo se siente frustrado, agobiado y cansado física y emocionalmente por el machismo de su padre que al no padecer la ausencia de los servicios y atenciones domésticas que antes disfrutaba, no realizó una reflexión sobre su responsabilidad en esa parte del divorcio, de manera que ahora trataba a su hijo como trataba a su exesposa,si bien él no es mujer, es su hijo, por lo tanto está subordinado a él, en este sentido hay una relación de jerarquía tradicional masculina que le permite al padre someter a su hijo y al hijo obedecerlo.

Esta experiencia le permitió a este hombre, sentir las emociones de frustración y tristeza, afectó su autoestima, pero también; le produjo empatía con su madre, su hermana y otras mujeres sobre el machismo generador de hiriente violencia.

Recomendaría iniciar atención terapéutica para elaborar las emociones generadas por esta experiencia, taller sobre el machismo con conciencia de género, trabajar con aumento de autoestima y asertividad, tratamiento para la patología de sobre responsabilidad, fortalecimiento del círculo primario y manejo adecuado de violencia.

EJEMPLO

DATOS ESTADÍSTICOS

De acuerdo con una muestra tomada del año 2007 al año 2012, el «Programa de prevención y atención de la violencia de género» (SEPAVIGES) de la Secretaria de Salud del Distrito Federal, México registró 6174 casos de violencia familiar (debes incluir asesinatos, peleas callejeras, etc.). De los casos reportados, el 69 % de las víctimas de violencia fueron mujeres y el 31 % hombres. De los casos reportados en mujeres, el 54 % se encontraban entre los 16 y 28 años, 15 % fueron niñas menores de 5 años, un 8 % tuvo de 6 a 9 años y un 22 % reportaron tener entre 10 a 15 años. En el caso de los hombres esta relación fue inversa. La mayor proporción de casos atendidos correspondió a menores de 5 años, representando el 37 %, seguidos por quienes tuvieron entre 10 y 15 años, 28 %; de 6 a 9 años, 19 %; y de 16 a 28 años, 17 %. El sitio donde ocurrió el evento de violencia con mayor frecuencia fue la vivienda tanto para mujeres como hombres, 87 % y 89 % respectivamente. Las áreas anatómicas lesionadas con mayor frecuencia para todos los grupos de edad y ambos sexos fueron: extremidades inferiores, 18 % mujeres y 18 % hombres; las extremidades superiores, 16 % en mujeres y 17 % en hombres; y la cara, 15 % mujeres y 14 % en hombres.

LEGISLACION

No obstante, la legislación dedicada a las cuestiones de género en materia de violencia contra la mujer no permite el enjuiciamiento de la violencia contra hombres y niños y en algunos países puede impugnarse por considerarse inconstitucional. Varios países han adoptado legislación neutral con respecto a las cuestiones de género, que es aplicable tanto a mujeres como a hombres. Sin embargo, esa legislación puede ser objeto de manipulación por parte de quienes perpetran delitos de violencia. Por ejemplo, en algunos países se ha enjuiciado a las propias mujeres supervivientes de violencia por su incapacidad para proteger a sus hijos de la violencia. Asimismo, la legislación neutral con respecto a las cuestiones de género ha tendido a dar prioridad a la estabilidad de la familia por encima de los derechos de las personas demandantes/supervivientes (predominantemente mujeres) porque no refleja ni aborda específicamente la experiencia que las mujeres tienen de la violencia cometida contra ellas.

TRATAMIENTO

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS