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Sedentarismo severo

Elaboró: Mtra. en Psicología Angélica Jiménez Lerín
Diplomado en Formación de Psicoterapeutas
Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología

Concepto

Desde el punto de vista antropológico, el término “sedentarismo” se ha utilizado para describir la transición de una sociedad, en la que pasa de ser nómada a establecerse en torno a un lugar o región determinada. Este cambio se ha relacionado a la evolución de grupos sociales en que el sustento dependía de la caza y recolección de frutos, a una organización social-productiva basada en la agricultura y en la domesticación de animales (Romero, 2009).

Más adelante, la llegada de la industrialización y los avances tecnológicos brindaron una nueva perspectiva, donde, se entiende por sedentarismo a la tendencia social de los tiempos modernos, vinculados al ocio doméstico, laboral y a la disminución de la actividad física. Aspecto que ha sido reforzado por la sociedad moderna en todos los estratos sociales reduciendo cada vez más las oportunidades de gasto energético en la vida diaria (Romero, 2009).

Del mismo modo, el sedentarismo es entendido como la nula /poca actividad física o ejercicio físico realizado por el individuo. Lo cual a largo plazo, genera múltiples enfermedades crónicas no transmisibles y ha contribuido a establecerse como un problema significativo a nivel nacional.

Por tanto, resulta conveniente distinguir los siguientes conceptos:

Actividad física.- “Cualquier movimiento corporal producido por la musculatura esquelética que resulta en gasto energético adicional al que necesita el organismo” (Marquez y Garatachea, 2013).

Ejercicio físico.- “Conjunto de movimientos corporales que se realizan para mantener o mejorar la forma física” (RAE, 2018). No obstante, existen otras definiciones más especializadas en las que la denotan como una subcategoría de la actividad física, donde los movimientos son diseñados y planificados específicamente para estar en forma y gozar de buena salud (Marquez y Garatachea, 2013).

Nombres alternos o sinónimos

Si bien no existe una terminología concreta que se establezca como sinónimo, si existen algunos términos con los que puede asociarse, como inactividad física, inmovilidad, quietud prolongada, sujetos estacionarios, tranquilos y estáticos.

Definición (significado etimológico)

Del Latin “sedere”, acción de tomar asiento

Sedentarius: sedeo: sentarse, estar sentado y el sufijo latino arius: pertenecer a. El que permanece sentado, que muestra poco movimiento o agitación.

Criterios para delimitación diagnóstica

Para considerar a una persona con sedentarismo, debemos identificar su nivel de actividad física. Así también podemos graduarlo en leve, moderado y severo.

El punto que en esta ficha nos atañe corresponde al nivel severo, el cual se puede identificar a través de las siguientes características:

Otro de los medios un poco más certeros que brindan un parámetro de sedentarismo y pueden ubicar a las personas dentro de los diferentes niveles de sedentarismo, seria a través del uso de cuestionarios de actividad física.

Uno de los más utilizados para detectar sedentarismo es el Cuestionario Internacional De Actividad Física (IPAQ) en su versión corta, la cual consta de 7 preguntas donde se incluyen actividades laborales, físico-deportivas, de transporte (caminar) y el tiempo que la persona permanece sentada o recostada (Crespo-Salgado, Aldecoa-Landesa, Delgado-Martin y Blanco- Iglesias, 2015).

Existen también otros cuestionarios que son comunes para identificar sedentarismo, como la Prueba de Diagnóstico y Evaluación del Sedentarismo (Pérez-Rojas-García) y el Cuestionario Internacional de Actividad Física (Junta de Andalucia).

Por otra parte, para identificar que se realiza un ejercicio físico, este debe de contener las siguientes características:

Etiología

Variables Psicológicas

I. Personales

  1. Autoconfianza disminuida: Refiere al hecho de no confiar en las propias habilidades y recursos. Este aspecto influye en la apreciación para comenzar y mantener la conducta. Podemos observar aspectos relacionados con la percepción de que no tiene los recursos para llevarlo a cabo, percepciones anteriores de fallo las cuales tienden a minimizar los recursos personales, sensación de incomodidad y fatiga que se tienden a considerar intolerables, confianza disminuida en el propio esfuerzo, en la mejora del rendimiento, en la superación de problemas concretos o en la consecución de resultados técnicos.
  2. Disminución de la concentración: La disposición de un nivel de concentración bajo, conlleva una peor adaptación psicológica a la actividad física a desarrollar. Así se ven mermados el aprendizaje de la técnica y su procedimiento.
  3. Presencia de ansiedad: Característica de personalidad claramente vinculada a las sensaciones de ansiedad (ansiedad rasgo) que dificultan la realización del ejercicio. Presentadas estas a través de respuestas cognitivas, fisiológicas y comportamentales que entorpecen la respuesta.
  4. Tolerancia a la frustración: Si una persona no puede asimilar, ni resolver problemas, existe una probabilidad más alta de abdicar, al no desarrollar la necesidad de superación continua, y no comprender que la evolución es un proyecto a largo plazo.
  5. Motivación: Las razones que llevan a la persona a realizar actividad física, son características propias en cada uno de los individuos, están mediatizadas por el patrón de personalidad predominante. Dentro de estas podemos referirnos a la orientación intrínseca o extrínseca (dentro de sí mismo o fuera de sí mismo). Si una persona no encuentra motivos suficientes por el gusto de la actividad misma, o reforzadores externos que le ayuden a iniciar y mantener la actividad, entonces aumenta la posibilidad de ser sedentaria.
  6. Nivel de independencia: Parece claro que la persona que decide practicar actividad física puede permitirse realizarla, a cambio del coste personal, familiar, social e incluso, económico, que pueda suponer. Sin embargo, las personas, que mantienen relaciones más dependientes y, en consecuencia, no presentan la independencia que permite dicho afrontamiento, tendrán mayores dificultades cuando deban solucionar problemas propios o ajenos a la actividad física, pero que influyen en esta.

II. Familiares

  1. Aprendizaje social: La visión funcional que tiene la persona para realizar o no actividad física depende en gran medida de como lo viva la familia, como lo interiorice, que actitudes presenten ante la realización, o ante su observación (como espectadores). En el sentido de que cuando una persona desde pequeño observa que su familia percibe la actividad física como algo negativo, las personas tenderán a repetir o evitar las conductas.
  2. Estilo de vida de la familia: Que en la misma se observen hábitos saludables va a influir directamente en la realización de actividad física, ya que desde muy pequeños, las personas comprueban que en su casa el estilo de vida relacionado con los hábitos de alimentación, descanso e, incluso, deportivos, son muy cuidados y, sobre todo, con una importancia que se manifiesta y se demuestra sistemáticamente, conforme vayan creciendo serán personas que desearán activarse físicamente como complemento ideal a los estilos saludables que observan en casa. Por el contrario, de no observarlo, vincularse en conductas saludables, resultará menos probable.
  3. Información y formación de los padres: Se puede considerar que el conocimiento por parte de la familia, sobre lo que supone la actividad física, es una variable que influye en el desarrollo posterior de la práctica, aumentando la adherencia o el sedentarismo.

III. Sociales

  1. Importancia social: La necesidad de sentirse valorado y parte de un grupo, puede conducir a que en el reportorio conductual de la persona, aparezcan dinámicas que de manera autónoma no se hubieran presentando, donde la realización de actividad física estaría ligada a la valoración del medio externo. Así, si en el medio primario y secundario, esta conducta no es valorada, disminuye la probabilidad de presentarse.

Variables Biológicas

  1. Insuficiencia renal, hepática, pulmonar, suprarrenal y cardíaca.
  2. Enfermedades infecciosas agudas mientras duren.
  3. Enfermedades infecciosas crónicas.
  4. Enfermedades metabólicas no controladas (diabetes, hipertensión, anorexia).
  5. Hipertensión de base orgánica.
  6. Inflamaciones del sistema músculo-esquelético (miositis, artritis) en su fase aguda.
  7. Enfermedades hemorrágicas.
  8. Hernias
  9. Enfermedad convulsionante no controlada.
  10. Obesidad mórbida.

Niveles de severidad

En cuanto al nivel de Actividad física y conforme al cuestionario IPAQ, los individuos se pueden clasificar en (Crespo-Salgado et al 2015):

  1. Categoría 1. Bajo nivel de actividad física. No realiza ninguna actividad física o la que realiza no es suficiente para corresponder a la categoría 2 o 3 del IPAQ.
  2. Categoría 2. Moderado nivel de actividad física. Existen tres criterios para clasificar a una persona como activa en función de la actividad física que realiza, así tenemos:
    • 3 o más días de actividad física vigorosa durante al menos 20 min por día
    • 5 o más días de actividad física moderada y/o caminar al menos 30 min por día
    • 5 o más días de cualquier combinación de caminar y/o actividad física de intensidad moderada y/o vigorosa, alcanzando un gasto energético de al menos 600 Mets·min−1 por semana.
  3. Categoría 3. Alto nivel de actividad física. Existen 2 criterios para clasificar a una persona como muy activa:
    • Realiza actividad física vigorosa al menos 3 días, alcanzando un gasto energético de 1.500 Mets·min−1 por semana
    • 7 o más días (sesiones) de cualquier combinación de caminar y/o actividad física de intensidad moderada y/o actividad física vigorosa, alcanzando un gasto energético de al menos 3.000 Mets·min−1 por semana.

En neurosis

Personas con sedentarismo moderado o sobrepeso tipo I o II (25-26,9 a 27-29,9 de Índice de Masa Corporal, o 16% de grasa en hombres a 25,9% y en mujeres de 21% a 31,9%).

Nivel 1

Nivel 2

Nivel 3

Nivel 4

Nivel 5

Ecuanimidad

Nivel 1

I. Jóvenes de 5 a 17 años
II. Adultos de 18 a 64
IV. Adultos de 65 en adelante

Nivel 2

Nivel 3

Nivel 4

Nivel 5

En psicosis

Sedentarismo severo u obesidad I y II (30-34,9 a 35-39,9 IMC o porcentaje de grasa en hombres igual o mayor a 25,0% y mujeres igual o mayor a 32,0%).

Nivel 1

Nivel 2

Nivel 3

Nivel 4

Nivel 5

Ejemplo de un caso

Elizabeth es una joven de 23 años. Estudiante a nivel Licenciatura en escuela pública de la carrera de Psicología, cursa el 8º semestre con un promedio sobresaliente.

Su núcleo primario se integra por su madre Josefina de 45 años, ama de casa, con estudios de preparatoria. Su padrastro Héctor de 56 años quien es propietario de un negocio de alimentos el cual funciona los fines de semana. El padrastro cuenta con estudios máximos de secundaria.

Además, Elizabeth posee tres hermanos, el más grande Francisco de 18 años y estudiante de Veterinaria en la misma universidad pública. Le sigue Armando de 15 años quien acaba de entrar al bachillerato y posteriormente José de 12 años quien cursa la secundaria.

La familia subsiste gracias a las aportaciones económicas de Héctor y de los padres de Francisco y Elizabeth, quienes aportan mensualmente para manutención de sus hijos. No obstante y aún con estas aportaciones, el ingreso es deficiente, por lo que los hijos deben de ayudar los fines de semana en el negocio familiar, y así evitar los gastos de contratar personal externo.

El vinculo entre ellos es difícil. Por una parte se observa gran cercanía entre Héctor, Josefina, Armando y José (Hijos biológicos de Héctor), mientras que Elizabeth y Francisco se mantienen rezagados, por lo cual presentan conflictos verbales frecuentes entre ellos. Por otro lado, la unión entre todos los hermanos es muy fuerte, conviven, se aprecian y buscan ayudarse en lo más posible.

Esta situación se mantiene desde hace 5 años, momento en el cual Héctor y Josefina deciden vivir juntos, puesto que antes de esta fecha, Josefina y sus cuatro hijos vivían en casa de su mamá y hermanas.

En la actualidad Elizabeth sufre de sobrepeso y sedentarismo severo. Su rutina diaria comienza despertando a las 11 de la mañana, desayuna, cumple todas sus actividades de arreglo personal y se dirige a la escuela. En algunas ocasiones realiza tareas escolares antes de dirigirse a la escuela, las cuales principalmente involucran lecturas, análisis de textos, y redacción, y son realizadas en su cama, ya que no cuenta con otro espacio para poder cumplimentarlas.

Su traslado cotidiano es de alrededor de una hora a hora y media, el cual realiza en transporte público (principalmente suele viajar sentada, ya que ella toma el camión en la esquina de su casa a una cuadra de la base), y le deja justamente a una cuadra de la Universidad, por lo que no tiene que trasladarse mucho a pie para llegar. Su horario de entrada es a las dos de la tarde. De ahí hasta las 9 de la noche se la pasa sentada tomando clase.

Una vez que termina la escuela, recorre el mismo camino en transporte público y llega a su casa a ver televisión, cenar y dormirse.

En cuanto a su alimentación esta no es muy sana, ya que no mantiene horarios fijos de alimento, las porciones son muy variadas y fuera de las recomendadas y los tiempos de ayuno muy prolongados. Aunado a ello, si durante el día tiene hambre, prefiere fumar un cigarrillo para evitar las calorías o consume algunas frituras que compra en la tienda. Pocas veces consume verduras y frutas, y regularmente consume muchas grasas en su dieta. Esta alimentación es similar a la del resto de su familia.

En la actualidad Elizabeth sufre de Sobrepeso Tipo 1 (similar a su padrastro y madre), el cual para ocultarlo, utiliza ropa holgada, pantalones de resorte y realiza algunas conductas paliativas como consumo de fármacos herbolarios para la quema de grasa y en ocasiones vomita tras las grandes ingestas de comida que realiza.

A pesar de que en el medio universitario donde se vincula es apreciado la actividad física, el ejercicio y la estructura física, pues tiene una gran relevancia social. Elizabeth cree que eso no es para ella, e incluso cuando su círculo secundario (amigos más allegados) la invitan a realizar actividades físicas, se rehúsa, critica verbalmente y argumenta que es más importante la inteligencia y saber, que la parte física.

Elizabeth está inconforme con su apariencia física, le gustaría estar más delgada y utilizar ropa diferente la cual la haga verse más atractiva. Se queja constantemente de su peso y manifiesta su disgusto por cómo luce, no obstante, suele poner muchas escusas para no realizar actividad física, dentro de las principales se encuentra la falta de tiempo, recursos económicos, inhabilidad física, temor por los aditamentos, temor a ser golpeada o lastimarse, temor a ponerse roja o cometer algún error y que se burlen de ella.

En ocasiones ha intentado realizar ejercicio, pero no ha tenido buenas experiencias. No le gusta la forma de entrenamiento, los lugares, la comparación con los demás, ni el costo que implica realizarlo.

Posee un novio que realiza ejercicio físico regularmente, y le gustan las capacidades y el físico que tiene. En ocasiones lo acompaña a sus partidos, pero este nunca busca vincularla más en el ejercicio, ni deporte ya que es un tema de disputa que no suelen tocar.

Recomendaciones para el tratamiento

Desde la terapia cognitivo-conductual apuntada a un tratamiento básico en psicología del Deporte, se puede trabajar bajos los siguientes puntos:

Desarrollo de la motivación básica

Fortalecimiento de la motivación cotidiana

Control de situaciones estresantes

Fortalecimiento de la autoconfianza

Control y establecimiento de reglas de funcionamiento

Control de modelos relevantes

En cuanto a la teoría de la praxis, puede trabajarse a través de:

Bibliografías recomendadas

Álvarez, F. s/a. Sedentarismo y Actividad Física. Revista Científica Médica de Cienfuegos. 10, número especial.

Buceta, J.M. (1998). Psicología del Entrenamiento Deportivo. Madrid: Editorial Dykinson.

Crespo-Salgado, J., Delgado-Martín, J. Blanco-Iglesias, O., Aldecoa-Landesa, S. (2015). Guía básica de detección del sedentarismo y recomendaciones de actividad física en atención primaria. Volume 47, Issue 3; 175-183.

Jimenez, A. & Vazquez, F. (2015). Manual de psicología del deporte: Cinco variables para el éxito deportivo. Madrid: Editorial Dykinson.

Marquez S. y Garatachea R. (2013). Actividad Física y Salud. Madrid: Ediciones Díaz Santos S.A.

Beneficios, riesgos y contraindicaciones de la actividad física, sacado el ocho de febrero del 2018 de: http://ocw.um.es/gat/contenidos/palopez/contenidos/beneficios_riesgos_y_contraindicaciones_de_la_actividad_fsica.html

Organización Mundial de la Salud; Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud, sacado el ocho de febrero del 2018 de:http://www.who.int/dietphysicalactivity/factsheet_recommendations/es/