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enfermedades-psicologicas:procrastinacion

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NOMBRE:

Trastorno de la personalidad por evitación (DSM-IV)

Trastorno de personalidad Evasiva (DSM-V)

F60.6 Trastorno de la personalidad ansiosa (evasiva, elusiva) (CIE-10)

NOMBRE ALTERNO:

Procrastinación.

DEFINICIÓN:

Del latín procrastinare. Diferir, aplazar, posponer.

Es la acción o el hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

El término se aplica comúnmente a la sensación de ansiedad generada ante una tarea pendiente de concluir. El acto que se pospone suele percibirse como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante. Por ello, se autojustifica posponerlo a un futuro sine die idealizado.

Sin embargo, la mayoría de acciones que postergamos no superan nuestras posibilidades.

La procrastinación consiste, por tanto, en postergar las tareas, por pereza, desgana, tenor o falta de motivación.

SUBTIPOS:

AROUSAL

Se caracteriza por un alto nivel de búsqueda de sensaciones que procrastina porque ansía obtener un “subidón” por la compleción de una tarea en el último momento. Es decir, se trataría de un individuo que recibe un alto grado de refuerzo positivo en la acción de realizar alguna tarea en muy poco tiempo y a contrarreloj para la que ha dispuesto de mucho tiempo. La sensación de desafío de salirse con la suya en una situación de alto riesgo de fracaso les aporta la estimulación que necesitan. Una frase típica de este tipo de procrastinador sería “voy a posponer esta tarea de momento, trabajo mejor bajo presión”.

Tareas cotidianas: Aplazamos actividades necesarias para funcionar en el día a día. P.ej.: ir al banco, hacer la compra, ir al médico, arreglarse la ropa, cortarse el pelo, etc. Esto provoca sensación de caos, de no poder llegar a todo, de frustración, debido a la acumulación de tareas pendientes.

EVITATIVO

Al contrario que el tipo arousal, el procrastinador tipo evitativo busca principalmente no enfrentarse a la tarea en cuestión. La motivación puede adoptar varias formas, a saber: hay tareas, que por la aversión que causan de manera intrínseca, son evitadas; otras son pospuestas eternamente por el miedo a fracasar en el intento de realizarlas, lo cual esconde un miedo a enfrentarse a las propias limitaciones.

Compromiso con los demás: Desatendemos nuestros compromisos adquiridos, incumplimos obligaciones laborales, no respetamos los plazos, desatendemos citas profesionales, no preparamos las reuniones, hacemos perder el tiempo a los demás, etc. Como consecuencia, perderemos la confianza y el respeto de los que nos rodean.

DECISIONAL

Ambos tipos de procrastinación anteriormente expuestos podrían considerarse formas conductuales de ésta, en los que lo que posponemos son tareas. Estos dos tipos se contraponen al tercer tipo, el decisional, ya que en éste lo que se procrastina es la toma de una determinada decisión.

Compromiso personal: Impedimos que nuestra vida mejore en diversos ámbitos. No hacemos formación, no hacemos ejercicio, no aprovechamos las oportunidades de mejora profesional, no dejamos hábitos como fumar, no resolvemos problemas familiares, etc. Esto produce sentimientos de insatisfacción, inseguridad, inferioridad y estancamiento.

CRITERIOS PARA LA DELIMITACIÓN DIAGNÓSTICA:

(Se retoma lo especificado en el DSM-V)

Trastorno de la personalidad evasiva (F60.6)

Patrón dominante de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cuatro (o más) de los hechos siguientes:

1. Evita las actividades laborales que implican un contacto interpersonal significativo por miedo a la crítica, la desaprobación o el rechazo.

2. Se muestra poco dispuesto a establecer relación con los demás a no ser que esté seguro de ser apreciado.

3. Se muestra retraído en las relaciones estrechas porque teme que lo avergüencen o ridiculicen.

4. Le preocupa ser criticado o rechazado en situaciones sociales.

5. Se muestra inhibido en nuevas situaciones interpersonales debido al sentimiento de falta de adaptación.

6. Se ve a sí mismo como socialmente inepto, con poco atractivo personal o inferior a los demás.

7. Se muestra extremadamente reacio a asumir riesgos personales o a implicarse en nuevas actividades porque le pueden resultar embarazosas.

ETIOLOGÍA

Diferentes estudios sugieren una relación causal posible entre la procrastinación y los trastornos de los comportamientos siguientes:

àAnsiedad.

àBaja autoestima.

àPerfeccionismo.

àAburrimiento y apatía.

àImpulsividad.

Otros factores también pueden ser asociados con la procrastinación como el miedo al fracaso o a la dificultad, el miedo del éxito, la falta de motivación o dificultades de concentración, trabajo excesivo o agotamiento profesional.

Otra variable con un importante peso biológico que se ha estudiado en relación a la procrastinación es el momento del día de rendimiento cognitivo óptimo, que para algunas personas es por la mañana y para otras por la tarde.

EJEMPLO DE UN CASO

Pepe anhela que el año 2011 sea diferente. La semana pasada tuvo un gran susto. Su papá lo encontró desmayado frente a la computadora. El doctor dijo que había sufrido una descompensación producto de los refrescos de cola que toma diariamente y de las hamburguesas que integran su dieta diaria, de ahí los malos hábitos de alimentación y su estilo de vida sedentario se confabularon ese día para enviarlo directamente al hospital.

El doctor dice, sin embargo, que tuvo suerte, el desenlace pudo haber sido trágico, de no haberlo encontrado a tiempo para recibir atención médica.

En Enero de 2011, se anotó al gimnasio, además compró una bicicleta de spinning, un par de pesas y dos aparatos que venden por televisión con la promesa de obtener un abdomen de acero tan sólo con utilizarlos 10 minutos al día.

Hoy, en la víspera de 2012, su papá se pregunta cómo es que Pepe falleció tan de repente. Parecía que estaba consciente de que su salud era primordial. Cuando investigó más a detalle, se enteró de que Pepe fue sólo dos veces al gimnasio y ya no regresó y los aparatos para hacer ejercicio parece ser que nunca los tocó. “Siempre dejó lo primordial para mañana” pensó con tristeza el papá de Pepe.

El tipo de procrastinación que padeció Pepe fue por evasión y lleva implícito un problema de autoestima.

RECOMENDACIONES PARA EL TRATAMIENTO

Intervención basada en la autoeficacia

Obviamente, la autoeficacia no depende exclusivamente de la verdadera capacidad del individuo de realizar determinada tarea sino de la evaluación que hace de sí mismo, que es subjetiva y dependiente de otros factores. Si la persona realmente no dispone de un nivel de habilidades adecuado para realizar la tarea, la probabilidad de que procrastine será mayor.

Una opción sería realizar experimentos conductuales en los que el sujeto pueda reconocer su capacidad y aumentar su autoeficacia. Otra opción sería aumentar esa autoeficacia irracionalmente e injustificadamente baja mediante terapia cognitiva, reestructurando para aumentar el grado de objetividad con que se evalúa la realidad, especialmente los propios recursos.

Evidentemente, este tipo de intervención está muy ligada a la baja autoestima, por lo que hay fuertes paralelismos con el tratamiento típico de ésta.

Intervención basada en el valor

Cuanto menor valor tiene una tarea en concreto para el sujeto, mayor es la probabilidad de que se dé procrastinación. Una manera de reducir el aburrimiento es hacer las tareas más difíciles. Esto es así porque las tareas fáciles se perciben como rutinarias y carentes de mérito, por lo que lo ideal serían tareas con cierto grado de reto pero realizables. Este tipo de tareas, además de más motivadoras, causarían una mayor satisfacción personal al ser realizadas y aumentarían la autoeficacia por sí mismas.

Otra opción es mediante técnicas de condicionamiento. Consiste en pautar programas de reforzamiento para las tareas típicamente problemáticas para el individuo, para aumentar el grado en que la tarea en sí es percibida como reforzante.

Intervención basada en la sensibilidad a posponer

El control de estímulos consiste en pautar las conductas organizando el entorno de manera que haya presentes tantas claves que induzcan la conducta deseada como sea posible y minimizar todos aquellos elementos que tienten al sujeto a efectuar otras conductas y, por lo tanto, a procrastinar. Un ejemplo propuesto por el autor es el acceso a la bandeja de entrada del correo electrónico mientras se trabaja utilizando el ordenador. La constante comprobación del correo es una de las acciones más habituales que dan los procrastinadores para no avanzar en la tarea original. La inmediatez del acceso a los e-mails no ayuda. Por lo tanto una opción sería simplemente dificultar el acceso al correo eliminando el acceso directo, cortando la conexión a internet, etc. Este procedimiento ha demostrado ser eficaz para muchas situaciones diferentes y es uno de los elementos clásicos de autocontrol.

Otra opción sería el uso de dispositivos y recursos de organización como agendas, alarmas, etc., que minimicen el tiempo invertido en pensar qué camino tomar o por qué opción decantarse y facilitar la disposición de un camino claro a seguir con pocas decisiones que tomar.

Intervención basada en el retraso

Este punto se ocupa básicamente de aspectos como el lapso de tiempo que transcurre desde que se tiene intención de realizar una acción hasta que se lleva a cabo realmente. Por lo tanto, programar objetivos próximos en el tiempo aumenta la motivación y reduce la procrastinación. De esto se pueden derivar diferentes estrategias para aplicar en el día a día que han demostrado ser útiles. Por ejemplo, definir claramente los objetivos próximos. Dicho de otra manera, fragmentar tareas largas y con objetivos distantes en el tiempo en tareas menores y próximas en el tiempo. Numerosos autores han destacado la utilidad de anotar diariamente los objetivos a corto plazo, porque aumentan la motivación para realizarlas. Si el sujeto concibe la tarea completa cada vez que se propone llevarla a cabo, la verá como mayor, más compleja (menor autoeficacia) y muy distante (poco gratificante).

Otra estrategia interesante es la de las intenciones de implementación, este concepto consiste en añadir una clara especificación de dónde y cuándo se va a realizar una determinada acción. Por ejemplo, “acabaré mi tesina”, al añadirle la intención de implementación, se convierte en “acabaré mi tesina el sábado a las 9:00 horas”. Los autores encontraron que aquellos procrastinadores que planificaban de esta manera más concreta y específica sus tareas pendientes, procrastinaban significativamente menos que los que hacían formulaciones vagas.

BIBLIOGRAFÍA

American Psychiatric Association. (2004). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (1a. ed.). Barcelona: Masson.

García, Franco Pedro Si lo puedes hacer hoy, no lo dejes para mañana http://www.lasalle.es/distritoarlep/images/stories/Documentos/Revista Educar Hoy/Educar Hoy 127/Artículo Completo.pdf

Guzmán, Pérez David (2013) Procrastinación, una mirada clínica. Barcelona, España Máster de Psicología Clínica y de la Salud MTPCCATSIN121D

Organización Mundial de la Salud (1992). CIE 10 Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud, décima revisión, pag. 347

Página Web: http://procrastinacion.org/index.php

Universidad del País Vasco, yo procrastino, tu procrastinas http://www.ehu.es/documents/2632144/2634184/Yo+procrastino.pdf

enfermedades-psicologicas/procrastinacion.txt · Última modificación: 2022/11/16 21:50 (editor externo)