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Consumismo

Nombre: Consumismo (Oniomanía, Síndrome de las compras o Consumopatía)

Definición

consumismo_paloma_.jpgEl consumismo es una anomalía del comportamiento humano que consiste en la compra indiscriminada de bienes y servicios que no son necesarios. Es el “apetito” de compra, bajo la inducción de la publicidad comercial. Es un fenómeno inherente a la sociedad de consumo. Todo en ella está dispuesto para inducir a la gente a comprar cosas.

La adicción al consumo y la compra irreflexiva pueden derivar en problemas personales. Cuando ir de compras se convierte en una necesidad, cuando es imposible controlar el impulso y cuando, además, esta acción causa sentimientos de culpa, vergüenza, ansiedad, irritabilidad e incluso problemas familiares y económicos graves, estamos ante una adicción.

La población joven se puede decir que constituye uno de los sectores más proclives a la práctica de la adicción consumista. Lo que en los adultos es un problema moderadamente importante, en los jóvenes es un problema grave. Esto es así, no sólo por la extensión actual de la adicción al consumo entre la juventud, sino sobre todo, porque hace temer que la actual generación de jóvenes puedan ser el día de mañana adultos con graves problemas de compra impulsiva, sobre endeudamiento y adicción al consumo. 1)

Características

Tipos

En la mayoría de estos casos la adquisición intenta llenar un vacío interior o defenderse de la tristeza y la falta de sentido. Se convierte en una forma de contactar con el mundo y vencer la soledad. En los casos de crisis de adquisición en personas esquizofrénicas, generalmente estas se sustentan en alguna idea delirante por lo cual los objetos que se compran serían un medio de autodefensa.

Consumismo morboso o de dependencia. A diferencia de la anterior, esta tipología es la primera forma de consumo patológico y se manifiesta como una propensión exagerada al consumo que se alimenta de un impulso incontrolable.

Criterios para el diagnóstico del consumismo

Etiología

Ejemplo

Una mujer de 35 años su malestar pedía ayuda desesperadamente para su compulsión en la compra de joyas, objetos preciados, accesorios, etc., a través de Internet. Dijo que no sólo desde hacía algunos meses estaba dilapidando su sueldo de empleada, sino que había dejado a cero la cuenta corriente de la familia. Y naturalmente se habían producido importantes conflictos con el marido y con los hijos, que le acusaban de ser una loca irresponsable, pero no habían sido en absoluto capaces de frenar su irresistible tentación. El marido, que utilizaba el ordenador en su trabajo de vendedor, había puesto una contraseña para evitar el acceso a su mujer, pero ésta siempre conseguía superar el obstáculo. Entonces el marido había cerrado con llave la habitación donde estaba el ordenador, pero ella había encontrado una llave de recambio para abrirla.

La mujer hablaba con desenvoltura de su propio problema, casi como si lo que estaba ocurriendo no dependiese de ella; definía su manía como una especie de rapto incontrolable que la llevaba inexorablemente a comprar. Dijo también que los intentos del marido, en lugar de reducir su deseo, lo habían exaltado. Después de haber indagado el fenómeno que nos proponía y de haber observado todas las características de la patología definida como “compras compulsivas”, preguntamos a la mujer si estaba verdaderamente dispuesta a trabajar para resolver su problema. Ella, como sucede en la mayoría de los casos, respondió que lo intentaría pero que estaba segura del fracaso de cualquier tipo de ayuda, ya que sentía la tentación tan arrebatadora que hacía imposible cualquier resistencia.

Tratamiento

Para comenzar el tratamiento es fundamental que el sujeto tome conciencia de que padece una adicción a las compras. En estos casos se requiere ayuda especializada y la comprensión y afecto de los familiares y amigos más cercanos, convirtiéndose uno en el “tutor voluntario”. Funcionan las técnicas cognitivo-conductuales. Son frecuentes los tratamientos en grupos, sesiones intensivas individuales y sesiones con familiares directos del afectado. La terapia busca, ante todo, estabilizar al paciente y ayudarle a salir de la sensación de vacío que a veces le acompaña.

Sin embargo, es necesario que la sociedad entera tome conciencia de este problema y se realicen campañas de prevención y sensibilización ya que la situación está fuera de control por la sobre estimulación a la que nos vemos sometidos en todas partes y a todas horas. Las familias han de hacer hincapié enseñando a sus hijos a autocontrolarse, frustrándoles en sus caprichos en buena medida, aunque sea difícil. Aprender a tolerar la frustración es imprescindible para convertirse en consumidores responsables. Sería necesaria una regulación de la publicidad y ofertas comerciales que estimulen la compra a crédito enmascarando los efectos verdaderos de estas.

Bibliografía

Redactó esta nota: xxxx. Edición: xxxxx. Revisión y arbitraje: xxxx
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Foto: Paloma